lunes, 20 de septiembre de 2010

= In der Palästra =

As through the pipes the waters fell down to the bottom of the well,
in listless apathy I gazed at the cold waters as he bathed.
I half behold that scenery and its most sensual masculinity.
Yet, disappointment, oh, can't you see,
is still the cause and the cardinal symptom of my sick, sad reality.

Silver equals chill, but that suits me just fine.
I'm shyly sipping water…while he drinks whole jugs of wine.
He likes all kind of women, and I…
I only hate men.
He marvels at all things new to him
and I only wait… for all things in this sick world… to end.

The water pouring down his spine,
caressed his strong physique, oh, so well-defined
calm like a rock he stands, oh, behold his beautiful body and soul
a friendly God must have built this man to an all well-balanced whole.
What sad bewilderment this brought, physical clearness, alas, still so much abhorred:
an ancient ghost awoke and fiercely arose in me:
it was that old, savage, yet half-forgotten ideal of perfect neutrality.

Silver equals chill, but that suits me just fine.
I'm shyly sipping water…while he drinks whole jugs of wine.
He likes all kind of women, and I…
I only hate men.
He marvels at all things new to him
and I only wait… for all things in this sick world… to end.

I somewhat envy this naturally beautiful man
he never knew or encountered the hatred and shame that I bare.
The doubt, the cloak of disgust and the all-devouring dread,
and if I told him about it, he might only shake his head
With kindly amused, melodious laughter,
he then would perhaps merely smile at my … oh, so stupid silliness …
and the beast that is raging inside.












- Sopor Aeternus and
the
Ensamble of Shadows

martes, 14 de septiembre de 2010

Morfeo

Era mi todo. Apasionada como era lo cubrí de flores y lo puse en el pedestal mas alto que pude hacerle, se volvió una obsesión y era el eje de mi endeble mundo cuyo oxígeno dependía de su respiración.

¿Fuí exagerada? Sin duda alguna, pero era muy niña y compré por cajas el cuento del amor idealizado, del la Penélope que esperaba a pesar de todo y contra todos. Y fue mi refugio.

Muchas veces lo convertí en un oasis para menguar las penas de aquellas épocas y su simple recuerdo me volvía fuerte, era como morfina a mi oxidado cerebro y tuve que exagerarlo para conservarme lo más cuerda posible en medio del caos de mi naufragio, era como aferrarme a una tabla imaginaria pero que cumplió la misión de mantenerme a flote.

Los años corrieron lento para mi, cada señal de vida suya era motivo de fiesta y su silencio mi arma favorita para flagelarme, era su mas devota seguidora... y eso era infinitamente patético.

¿Cuánto tiempo hubiera durado así? Ya había transcurrido media vida y yo seguía absorta en mi fantasía que él alimentaba con una facilidad absurda... Pero un día, uno de tantos en los que me adentré a sus atrios vestida de fiesta sacramental, entré con la cabeza cubierta a su santuario, vestida de blanco, con la cabeza baja para escucharlo y sentarme a sus pies, pero lo encontré tendido en un tufón de seda barata, fofo, desvalagado, habia bajado de su pedestal y se embriagaba en insinuaciones, traía una toga de leopardo ridícula que él creía era pasional. Me ofreció sus vinos mundanos y de una manera prosáica me dijo que un día de éstos deberíamos fornicar "en honor de los viejos tiempos", y en un instante acabó con la idolatría mal sana que le profese durante tantos años, le hubiera gritado que era un farsante, que nunca lo hubiera esperado de él pero más que nada, debí haberle agradecido por sacarme de mi estúpido idilio.

Sonreí irónica sin contestarle, alcé la mirada para grabarme su imagen e hice lo que en tanto tiempo no llegué a pensar siquiera: le di la espalda. Salí de su templo quitándome el velo que mas que taparme la cabeza me cubria la razón mientras él seguia vociferando que lo pensara, que "la pasaríamos bien" y a las puertas de aquél templo que le construí piedra sobre piedra, donde me entregué a su culto pagano, los cimientos perdieron fuerza sin mi devoción y colapso sobré él sepultándolo en vida, mientras con cada derrumbe mi cuerpo se iba liberando de sus cargas, quedando así en aquel lugar un cerro de ruinas de lo que una vez fué mi mas absurda odisea.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Soy el fantasma de tu cementerio, al que nunca vas... porque tienes miedo!!


Recuerdo la primera vez que lo dijiste.

Habíamos salido de la escuela, ¿qué hora sería? ¿casi las 10pm? tal vez... me habían regalado en perfume de Donna Karan, y te había gustado. Platicábamos a media luz, en las fuentes, las luces de la López Portillo tiritaban metros abajo, andabas nostálgico...

No recuerdo por qué (o no quiero recordarlo) yo también andaba triste ese día, me preguntaste que me pasaba y te contesté que el amor se estancaba en el corazón, cuando uno lo guardaba y como el agua al quedar almacenada se podría y se enlamaba, te dije que hacía poco habia echado un vistazo en mi interior y mi corazón estaba enlamado. Me abrazaste de lado, me besaste la sien y me dijiste:

- Es que nadie te trata como yo.

Y era cierto.

No teníamos ánimos de llegar a casa y prepusiste pasar al viejo camellón de nuestros lánguidos momentos de ocio. Recuerdo que ese día fué cuando caímos en la cuenta de lo distintos que eramos en tantas cosas y a la vez, lo similares que eramos en otras, te dije que eramos como el Yin y el Yang: opuestos pero complementarios. Abriste mucho los ojos y con entusiasmo contestaste:

- ¡A Weeeebooo!

Me dijiste que seríamos amigos hasta que me casara:

- ¿Y por qué hasta que me case?
- ¡Porque no quiero pelear con él cada tercer día!
- Ah pues muy sencillo, ¿qué te parece si eres el padrino de mi primer hijo? así serías mi compadre y no habría problema - reíste socarronamente y añadiste
- ¿Pero que no sabes que en México ser compadres es sinónimo de ser concubinos?
- Pero no es forzoso...
- Como quieras... - conteste tratando de sonar indiferente.

Y surgió una promesa que sigo pensando cumplir.

Me dijiste que habías notado como había ido evolucionando en mis ideales, que veías la diferencia de la chica evasiva que habías conocido un par de años atrás. Fué un elogio para mi. Entre frases soltaste una que fué una estocada directo al corazón

- Mmm ¿cómo decirlo?... Ya no me es funcional vivir sin ti

Me quede en una pieza, mi anhelo siempre fue dejarte algo, un recuerdo, una historia, una duda quizá... tu sentencia rebaso por mucho mis expectativas... y se sembró en mi la semilla del deber y me dije que estaría siempre para ti, en pensamiento, en carne viva o con la piel en juego.

Dijimos tantas cosas esa noche... las sombras se hicieron mas densas cobrando materia por nuestras palabras, no había mas que decir. Retomé el tema del perfume para no ahogarme en la zozobra de tomar una decisión precipitada, la idea era perfumar tu suéter, pero en un chispazo de inspiración te propuse

- ¿Qué tal si me pongo y luego te abrazo para que se te impregne?

Aceptaste, estabas sentado con tu mochila sobre las piernas, me pare delante de ti y te abracé a medias

- Aprovechando que estás de buenas... - me dijiste, quitaste la mochila de tu regazo para poderme abrazar y nos perdimos en brazos del otro...

Para estas alturas ya era tarde, al menos en tiempo, sin ganas propusiste que nos retiráramos. Ya habían sido suficientes verdades para una sola velada.

Desde entonces han sido muchas situaciones vividas, directas o indirectas, por estas fechas hace como 2 años tuve un sueño, ¿recuerdas que te conté? donde una catástrofe sucedía, algo similar al fin del mundo y yo me quedaba a tu lado... cuando te lo platiqué tus ojos se arrasaron... esa noche nos quedamos en casa de un amigo tuyo y dormimos juntos en un sillón, creíste que estaba dormida y susurraste:

- Tampoco yo dejaré que te pase nada malo...

Hace un par de días, reiteraste tu sentencia acerca de tu disfuncionalidad existencial sin mi... y pese a que estoy a 11 meses de la última vez que te toque sonrío ante la ironía de saber que quizá en el fondo no hemos cambiado tanto, que seguimos estando ahí, donde no han podido alcanzarnos.


Dices que eres mi maldición,
yo digo que eres una promesa sin cumplir;
dices que soy tu catarsis,
yo digo que solo soy una silueta callada;
dices que eres mi Yang...
yo digo que eres eso y un poco más.